La señora Iael Gueler –cuyo nombre y apellido son de origen hebreo–, prohibió la difusión de noticias con respecto a la celebración de las festividades Wiñoy Xipantv, del pueblo mapuche, e Inti Raymi de los pueblos andinos.
También se cambió el nombre del lago Acigami, rebautizado como Lago Roca, en honor al asesino y esclavista de los pueblos originarios y apropiador de sus tierras. ¿Esto será también en honor de Ataliva Roca, experto en hacerse con la propiedad de cientos de miles de hectáreas mal habidas? ¿Será Lago Roca, pero no Ataliva?
¿Pensará la señora Iael Gueler prohibir la celebración del Rosh Hashaná? ¿O será que para ella, por su origen, los judíos sí pueden tener su fiesta de año nuevo y los pueblos originarios no?
¿Estará pensando la señora Iael Gueler prohibir la práctica de la religiones que no sean la suya? ¿Estará pensando en prohibir la religión musulmana, la católica, la protestanate y demás dejando sólo al judaísmo? ¿También tendrán pensado prohibir la enseñanza del mapudungun y el quechua, pero no el hebreo?
Prohibir el izamiento de las banderas de los pueblos originarios, el uso y enseñanza de sus lenguas, la celebración de sus festividades atenta contra las libertades individuales y contra la diversidad cultural. Esto sucede, mientras el presidente participa en una ceremonia en Ushuaia con la generala Richardson, en la que se izó la bandera de los EE.UU. por encima de la nuestra.
Me pregunto cómo alguien de origen judío puede perseguir con afán exterminador a un pueblo conquistado y sin tierras. De dónde viene ese afán de privarlos de lo último que les queda: su cultura ancestral y de sus creencias.
¿Será que el fascismo mora en todas las razas?
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